compartir

A lo largo de nuestra vida cada uno de nosotros nos hemos enfrentado a la toma de decisiones. Estas nos han dejado recuerdos o experiencias a los que podemos llamar cicatrices. Decisiones buenas o malas, acertadas o no, cada una tuvo su consecuencia, y cada una dejó su marca.

"De ahora en adelante, que nadie me cause problemas con esas cosas. Pues yo llevo, en mi cuerpo, cicatrices que muestran que pertenezco a Jesús." Gálatas 6:17 NTV

Pablo nos está diciendo que su cuerpo tiene las cicatrices de lo que Dios ha hecho en su vida. Cada vez que veía una cicatriz en su cuerpo podía recordar mientras fue azotado en prisión o cuando fue golpeado por predicar a Cristo. Esas cicatrices le recordaban a Pablo la dirección que su vida debía tomar, le ayudaban a no desviarse, lo motivaban a no desesperarse, le animaban a seguir amando y a soportar injusticias entendiendo que no pertenecemos a este mundo.

¿Qué cicatrices tienes? ¿Qué has aprendido de ellas? La vida nos ha dejado muchas cicatrices a las que debemos poner atención con el propósito de continuar haciendo lo que trae bendición y edifica. Dichas cicatrices a su vez nos hacen recordar los errores que hemos cometido y las consecuencias que tuvimos que atravesar por su causa.

Pablo dijo: déjenme tranquilo, ya he atravesado mucho. Sus cicatrices incluían toda una vida, desde su feroz persecución a la iglesia de Cristo, su presencia mientras asesinaban a los seguidores, su afán por destrozar cada célula que se organizaba en nombre de Jesús; así como su encuentro con Cristo camino a Damasco, su reconciliación, arrepentimiento, entrega, conversión a servidor, su encarcelamiento y testimonio frente a gobernadores y emperadores. Finalmente llegó un día donde el Señor lo llamó, pero cada etapa dejó marcas en él y así dejan marcas en nosotros.

Reflexiona un poco en tu vida, lo que hiciste hace años, lo que haces ahora y hacia dónde te diriges con las decisiones que estás tomando. No se trata de sentirse mal por aquellos errores cometidos. Al contrario, Dios nos ofrece su perdón y reconciliación. Tampoco se trata de omitir lo que ha pasado y solamente ver hacia el frente; en necesario hacer un balance en el cual, seas honesto y sincero. Puedes reconocer que tal vez tomaste las mejores decisiones o simplemente te das cuenta que hoy el Señor te ha rescatado de situaciones que jamás imaginaste poder salir. Sea como sea, es muy importante meditar y reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro. Dios quiere que toda nuestra comunidad universitaria sea marcada por Jesús.

Las marcas de Jesús

Las marcas de Jesús nos han de llevar a caminar de la mano de la excelencia. Las marcas de Jesús nos han de llevar a transformar nuestras comunidades. Hoy día mucha gente espera que se levante una voz en el desierto que le diga que en Cristo hay esperanza. Por eso nos urge que las marcas de Jesús nos lleven a un crecimiento espiritual y ministerial. Está garantizado que aquellos que se sientan a la mesa con él no se levantan iguales, porque salen transformados por su poder y su gracia. Dios está llamando a ECHAM ser una institución marcada por Jesús y de esa misma forma dejar marcas en aquellos que Dios trae a nuestra comunidad universitaria.

Dr. Danny Santiago Presidente

Saludos, soy un creyente que amo a Dios y vivo apasionado por llevar el Evangelio a toda criatura. En el año 2004, mientras realizaba mi práctica ministerial Dios puso en mi corazón el anhelo ardiente de establecer un centro de capacitación ministerial, y en el año 2010 le dimos apertura. Como institución, estamos convencidos que cada uno de los estudiantes que llegan a nosotros, es por propósito de Dios con respecto a los planes que éste tiene para sus vidas, por eso en ECHAM: Educando Creyentes, Hacemos Ministros.